Como es sabido, los derechos laborales nacieron de una necesidad humanitaria de regular las relaciones laborales entre empleadores y empleados, con el objetivo de protegerlos, especialmente contra su exposición a las condiciones laborales más indignas e inhumanas de la Revolución Industrial, como la jornada laboral excesiva. No hay suficiente salario mínimo para mantener sus necesidades, seguridad social para momentos de discapacidad, vejez y otras necesidades humanas fundamentales.
La nueva estructura productiva y los derechos laborales
La nueva estructura productiva de la Revolución Industrial rompió los paradigmas que existían hasta entonces, provocando una enorme explosión en la oferta de mano de obra. Como muestra, una gran parte de la mano de obra humana fue sustituida por máquinas de vapor, lo que provocó una drástica reducción de la ya precaria calidad de vida de los trabajadores, quienes fueron sometidos a jornadas de más de 14 horas de trabajo por día, se produjeron accidentes de trabajo.
Constante, y los salarios son insignificantes. Los menores y las mujeres sufrieron todo tipo de discriminación y explotación, pues, además de trabajar largas jornadas, no recibían ni la mitad de lo que ganaban los hombres adultos. Es en este difícil escenario, marcado por las precarias condiciones laborales, donde comienzan a estallar las convulsiones sociales, marcadas por el surgimiento de movimientos colectivos de trabajo, con huelgas.
Por esto y por necesidad, los trabajadores se organizaron en sindicatos y buscaron la intervención del Estado como una forma de establecer un equilibrio en la relación desigual entre capital y trabajo.
Para ayudar en la implementación de este propósito, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) fue creada en 1919, como parte del Tratado de Versalles, que puso fin a la Primera Guerra Mundial. Cabe recordar que la OIT se fundó bajo la convicción fundamental de que la paz universal y permanente sólo puede basarse en la justicia social.
Las largas jornadas siempre han sido una preocupación en el mundo del trabajo por las consecuencias y las pérdidas nocivas que se derivan de ellas para los trabajadores y para la sociedad. Por ello, en la Primera Conferencia Internacional del Trabajo, en 1919, la OIT adoptó seis convenios, el primero de los cuales respondía a una de las principales demandas del movimiento obrero y sindical de finales del siglo XIX y principios del XX, a saber, la limitación de jornada laboral a 8 horas diarias y 48 horas semanales.
En esta línea social y humanitaria, en la mayoría de los países del mundo, con muchas luchas, los trabajadores han conquistado importantes derechos, hasta alcanzar el llamado piso mínimo vital necesario para la dignificación del ser humano.
Los derechos laborales son esenciales en la sociedad actual, todo ciudadano en el mundo debe luchar por ellos, es tarea de todos y todas.